Una gran mayoría de cristianos NUNCA llegan a apreciar quienes son en Cristo. El entorno y la gente que hay en nuestra vida nos programa desde que nacemos, haciéndonos interpretar el significado de lo que va pasando en nuestra vida a través del filtro de nuestra orientación personal y conforme a eso, reaccionamos. Los más grandes factores de nuestra salud mental son: el verdadero conocimiento de Dios y nuestra identidad en Cristo. Lo más grandes factores de la enfermedad mental son un falso concepto de Dios, entender mal quienes somos como hijos de Dios y asignar atributos de Dios al diablo.1
Es por eso que es imprescindible recordar que el único poder que tiene Satanás es el poder de la mentira. Si Satanás puede hacer que creas en una mentira, puede controlar tu vida, pero no tienes porqué permitírselo. Los pensamientos contradictorios que puedes estar teniendo, te controlarán sólo si tú lo crees. El poder de Satanás se rompe cuando pones en descubierto la mentira. Es súper importante examinar lo que pensamos y lo que creemos, hacer una retrospectiva y reconocer las creencias defectuosas del pasado ( ej: “no valgo nada, no sirvo para nada, estoy solo, no merezco que me quieran…”) Debemos renunciar a ellas por mentirosas y volver a programar y renovar nuestra mente con la verdad. Porque ya no somos producto del pasado que tuvimos. Somos producto de la obra de Cristo en la cruz!!! Pero ojo, antes de haber conocido y aceptado a Cristo, tuvimos que aprender a vivir en forma independiente de Dios, y hoy es hora de cambiarlo, dependamos enteramente de ÉL!!!!
“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” Romanos 12:2
Para re-programarse tenemos que conocer la Palabra de Dios en forma consciente para poder entender quiénes somos desde la perspectiva de Dios.
¿¿Quieres RE-PROGRAMARTE????, Después de descubrir las creencias mentirosas en las que has vivido leyendo la Palabra de Dios, ora así:
"En el nombre de Jesús yo renuncio a la creencia falsa de ___________ porque tú en tu palabra me enseñas ___(describir la verdad en Cristo)____ y decido sellarla en mi corazón porque reconozco que esta es la única verdad que me hace libre. Me comprometo a creer sólo en tu verdad, gracias Señor por tu perdón y libertad. En el nombre de Jesús amén. "
“Alégrense en medio de sus problemas y preocupaciones, así como Cristo también los padeció, para que así como Él, a través de estos sufrimientos venga revelación, y más alegría.” 1 Pedro 4:13
¿Contar nuestro dolor y tristeza simplemente como fuente de alegría? Como mis padres eran cristianos y, además, mi papá era pastor de una iglesia, ellos conocían este versículo muy bien. Sin embargo, la mañana del 4 de diciembre de 1982 en Melbourne (Australia), las últimas palabras en la mente de mis padres eran "Gracias a Dios". ¡Su primogénito había nacido sin extremidades! La congregación completa supo de mi nacimiento y mis padres estaban totalmente devastados. Todos se preguntaban: “Si Dios es un Dios de Amor, entonces ¿porqué permitió que esto le sucediera justo a unos cristianos tan dedicados a Él?" Mi papá pensó que yo no sobreviviría mucho tiempo, pero los exámenes revelaron que yo era un bebé muy saludable, a excepción de la falta de extremidades.Obviamente, mis padres estaban consternados y tenían mucho miedo del tipo de vida que yo tendría que enfrentar. Dios les dio fortaleza, sabiduría y coraje a través de aquellos años, y cuando menos pensaron ya tenía yo la edad suficiente para ir a la escuela.
La ley en Australia no permitía que yo me integrara a una escuela común debido a mi discapacidad física. Dios milagrosamente dio a mi madre la fuerza necesaria para pelear porque esa ley fuera cambiada. Fui uno de los primeros estudiantes discapacitados que fueron integrados a las escuelas comunes. Me gustaba ir a la escuela y simplemente trataba de vivir como todos los demás, pero en mis primeros años de escuela tuve que enfrentar momentos de rechazo y burlas debido a mi diferencia física. Era muy difícil para mí manejar la situación, pero con la ayuda de mis padres empecé a desarrollar aptitudes y valores que me ayudaron a sobrellevar esa época de cambio. Sabía que yo era diferente por fuera pero en mi interior era exactamente igual a los demás.
Hubo momentos en que caía en la depresión y el enojo porque no podía hacer nada por cambiar mi físico. Fui a la escuela dominical y aprendí que Dios nos ama a todos y cuida de cada uno de nosotros. Entendí la parte del amor, pero no podía entender ¿porqué Dios me había hecho así si Él me amaba? ¿Era porque yo había hecho algo malo?...
Para contrarrestar mis problemas emocionales, de autoestima y soledad, Dios me había obsequiado con la pasión de compartir mi historia y experiencias para ayudar a otros a enfrentar los cambios en sus vidas y permitir a Dios que los convirtiera en bendiciones, fortalecer e inspirar a otros a vivir usando su potencial al máximo y a no permitir que nadie les impidiera continuar en el camino para alcanzar sus esperanzas y sueños.
“Y sabemos que a los que aman a Dios,
todas las cosas les ayudan a bien.” Romanos 8:28 (a)
Este versículo habló a mi corazón y me dio la convicción de que no hay tales cosas como la suerte, el azar o las coincidencias para que estas "malas" cosas sucedan en nuestras vidas. Me sentí completamente en paz sabiendo que Dios no permitiría que algo sucediera en nuestras vidas si no hubiera un buen propósito para ello. ¡Creí sinceramente que Dios me había creado porque yo podía dar un gran testimonio de Su Inmenso Poder!!!!!!!
Creo que si tienes la decisión y la pasión para hacer algo, y Dios lo quiere, lograrás hacerlo en el tiempo correcto. Como humanos, ¡continuamente nos ponemos limitaciones sin ninguna razón! Lo peor es ponerle límites a Dios, que puede hacer todas las cosas. Ponemos a Dios en una "caja". Lo único verdadero acerca del Poder de Dios es que, si queremos hacer algo por Dios, en vez de enfocarnos en nuestra capacidad, concentrarnos en nuestras habilidades, debemos saber que es Dios quien a través de nosotros hará las cosas y que no podemos hacer nada sin Él. Una vez que nos declaremos disponibles para el trabajo de Dios, ¿sabes de cuantas cosas seremos capaces? ¡¡¡Por Dios!!>>
Nick Vujicic en la actualidad tiene 26 años. Es financieramente independiente, y logró modificar un carro personalizado con el cual se moviliza a cualquier parte sin ayuda de nadie. También escribió un libro; “No Arms, no legs, no worries!” (Sin brazos, sin piernas y sin preocupaciones!). Ha viajado por el mundo entero testificando el amor de Dios, y hace poco visitó países latinoamericanos como Colombia y Costa Rica, donde llamó la atención de la prensa secular e hizo cátedras del área financiera a grandes empresarios.
Siempre he pensado en que nuestra identidad como hijos de Dios está por sobre las circunstancias externas, y sin embargo, una y otra vez he presenciado y he vivido instancias en las cuales mi “estado espiritual” se ha derrumbado ante dichas circunstancias. Sólo ahora he entendido que esta máxima de “soy cristiano pase lo que pase”, no se obtiene por el sólo hecho de recibir a Cristo en nuestros corazones. Al recibir a Cristo, recibimos este regalo maravilloso de la vida eterna, sin embargo, si nuestra relación con Dios sólo se basa en el concepto de que Él es nuestro Salvador, transforma nuestra vida cristiana en una maravillosa gráfica de la función sen(x), es decir, subiendo y bajando, pero siempre variando entre límites acotados (la función sen(x) toma valores que van entre -1 y 1).
Nuestro Dios es más que nuestro Salvador, es nuestro Padre, es nuestro amigo, es nuestro defensor, es nuestro aliado, es nuestro amparo y nuestra fortaleza, etc. Conocer cada una de estos atributos de Dios, y poder entender que están disponibles para nosotros mediante una búsqueda sincera y continua, efectivamente transforman la vida cristiana, nos hace tener una vida de crecimiento sin límites, y nos asegura ser cristianos por sobre las circunstancias.
“Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, Que va en aumento hasta que el día es perfecto.” Proverbios 4:18
Prosigamos nuestra senda, hasta que nuestro día sea perfecto