“Y les dijo: Id por todo el mundo; predicad el evangelio a toda criatura.”
Marcos 16 :15
Hace unos días atrás pensaba que el mundo se guiaba a si mismo a su destrucción, que ellos mismos serían los culpables de su condenación, pero quiero que se pongan a pensar, por qué la gente que está “afuera” se comporta de esta forma, no, mejor les pregunto, ¿Por qué creen uds. que el mundo esta en caos?, tómense un tiempo para pensarlo. Puede que sea porque los gobiernos no saben administrar sus países, puede que haya una liviandad moral , cierto?, o porque buscan las respuestas a sus crisis en libros o doctrinas que son prácticamente paganas. La verdad, es que la principal razón de este desorden es porque no hemos sabido y no hemos cumplido el gran mandato que nos encomendó nuestro Señor al subir a las alturas, llevar a la palabra de Dios a las naciones (Marcos 16:15). Ese día para varios de nosotros, fue una reunión donde Dios nos reveló esta gran falencia, una que lamentablemente nos ha costado muy caro, tenemos que entender que la gente que esta allá afuera es nuestra responsabilidad, sí, son nuestra responsabilidad porque somos nosotros los instrumentos de Dios para que ellos lo conozcan a Él. También ese día, nuestra hermana misionera que trabaja en algunas aldeas indígenas de Brasil, nos expuso un punto bastante importante y que además es otra falla nuestra; tendemos a separar lo espiritual de lo secular, es decir, tenemos una doble vida, entendimos gracias a su predicación que todo es espiritual, porque uno no puede ir y dejar el Espíritu colgado en el perchero y al volver colocárselo nuevamente, es imposible porque el Espíritu de Dios está con nosotros y nunca se apartará, si seguimos avivándolo. Muchas veces tendemos a este pensamiento y actitud porque nos cuesta o simplemente no queremos entregarle todas las áreas de nuestra vida a Él, sin embargo es inevitable separarse de su Espíritu, porque es fiel y no nos abandona. Esta es una pequeña reflexión que espero que les sirva, no olviden que somos testimonio vivo de Dios, somos sus hijos y también ejemplo para la gente que esta allá afuera pidiendo ayuda a gritos por alguien que los salve sin saber que Él ya vino a salvarlos hace más de 2000 atrás y que aun espera que su creación se vuelva a Él, por eso y para concluir, no temamos por los prejuicios y las burlas de afuera, porque Dios nos dio autoridad para salir afuera y contarles de aquel que los vino a salvar.
Con Cariño Ángel Rojas.